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Therapy Social Club nació hace dos años en Formosa, en la oscuridad que todos habitamos alguna vez. No fue un plan de negocio, sino una respuesta honesta a una necesidad universal.

Surgió en esos momentos donde el ruido interno no deja pensar, donde la tristeza se hace silencio y uno empieza a buscar un propósito, algo que le devuelva sentido a la vida. De ese lugar, honesto, frágil y profundamente humano, surgió una convicción simple: todo esto se combate hablando. Hablar para no sentirnos tan solos, para volver a estar con otros sin miedo, sin juicio, sin tener que fingir que todo está bien.

 

Un acto colectivo

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Este proyecto se gestó lentamente, acompañado por personas comunes con historias reales. Gente que atravesó duelos, ansiedad, tristeza o vacío, y que aprendió lo difícil que puede ser pedir ayuda.

Entendimos que esto no podía ser un esfuerzo individual. Por eso, invitamos a profesionales de la salud mental para que acompañen con su conocimiento y empatía. Tendimos puentes con instituciones educativas y clubes para que nos ayuden a crecer, a refundar la idea de que el cuidado emocional es un acto colectivo, no una carga solitaria.

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Así nació el Club, no como reemplazo de la terapia, sino como su complemento humano y comunitario. Un espacio que invita a conversar, compartir y, sobre todo, a escuchar de verdad.

 

Vemos la luz

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Hoy, dos años después de encender esa primera chispa, Therapy Social Club existe y ve la luz gracias al apoyo de quienes, como nosotros, creen en el poder de este mensaje y en el valor de la compañía.

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Nuestra función social es clara: hacerle frente al malestar emocional que atraviesan millones de personas, reconstruyendo los lazos humanos y promoviendo la conversación como una herramienta de salud colectiva.

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