top of page

Dudas comunes
sobre la salud mental

La salud mental atraviesa todo lo que somos: cómo pensamos, cómo sentimos y cómo actuamos. No es algo estático, sino un espectro en el que cada persona ocupa un lugar distinto. Hoy, donde el estrés cotidiano, la incertidumbre económica y la soledad urbana se sienten fuerte, cuidar la cabeza y el ánimo se vuelve una necesidad. Cada historia, cada familia y cada cuerpo tienen su propio peso, por eso no hay una sola forma de estar bien. Entender los problemas más comunes —como la ansiedad, la depresión o el agotamiento emocional— nos ayuda a reconocer las señales, pedir ayuda a tiempo y acompañarnos mejor. Porque la salud mental no es solo individual: también se construye entre todos.

¿Qué es un padecimiento de salud mental?

Un trastorno mental es una forma de sufrimiento que puede afectar cómo una persona piensa, siente, se comporta o se relaciona con los demás. Estos padecimientos impactan en la vida diaria y pueden reducir significativamente la calidad de vida si no se tratan. Los más frecuentes en la actualidad son la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático, que hoy afectan a millones de personas de todas las edades y realidades. Es importante recordar que solo un profesional de la salud mental puede hacer un diagnóstico y acompañar con el tratamiento adecuado. Pedir ayuda no es un signo de debilidad: es el primer paso para estar mejor.

¿Se pueden prevenir los padecimientos de salud mental?

Aunque no existe una forma exacta de prevenir todos los problemas de salud mental, sí hay maneras de cuidar la cabeza y el ánimo en el día a día. Pequeños hábitos hacen una gran diferencia: moverse un poco más, mantener vínculos reales, descansar bien y animarse a hablar cuando algo pesa. Cada una de esas acciones ayuda a fortalecer la salud mental y a reducir el riesgo de atravesar momentos difíciles. Cuidarse también es esto: escucharse, conectar y pedir ayuda a tiempo.

Áreas dónde poner atención

Es la manera en que los padecimientos de salud mental pueden variar para cada persona. Existen síntomas comunes que son útiles para tu equipo de atención médica:
1. Dificultad para afrontar el estrés cotidiano.
2. Distanciamiento de las amistades y la familia, y la falta de interés en actividades.
3. Experimentar cambios extremos en tu estado de ánimo.
4. Confusión y dificultad para concentrarse.
5. Cambios en hábitos alimenticios o del sueño.
6. Sentir tristeza o desánimo la mayor parte del tiempo.
7. Sentir falta de conexión con la realidad.
Debido a que la salud mental y la física están profundamente interconectadas, vale la pena poner atención a alteraciones de la salud física (por ejemplo, aumento de dolencias como dolor de cabeza o estómago, o en otras partes del cuerpo).

¿Este padecimiento es mi culpa?

Tú no tienes la culpa. Los padecimientos de salud mental no son culpa de nadie. Cualquier persona enfrenta dificultades con su salud mental en algún momento de la vida. La necesidad de apoyo para tu bienestar mental no significa que no puedas con tus problemas. Aunque sea difícil, pedir ayuda es una de las mejores maneras de obtener el apoyo que necesitas para empezar a atender tus preocupaciones.

¿Puedo mejorar?

Sí, muchas personas con padecimientos mentales se recuperan o aprenden habilidades para ayudarles a controlar y salir adelante con su padecimiento. Conforme te recuperas, podrías experimentar altibajos y eso está bien. Las mejoras son distintas en cada persona. Existen muchas técnicas y tratamientos para el cuidado de la salud mental. Podrías intentar algo nuevo si alguna técnica o método no te está funcionando.
Como con todos los aspectos de tu salud, tú desempeñas un papel importante en la conversación con tu equipo de atención médica sobre la mejor solución.

Áreas dónde poner atención

Cuándo y cómo pedir ayuda
En cuanto tengas preguntas o preocupaciones sobre tu salud mental, coméntalas con tu equipo de atención médica, el cual puede ayudarte a encontrar recursos o proporcionarte formas de atender tu salud.
Hablar de tu salud mental con amistades o familiares podría intimidarte, pero existen maneras de facilitarlo:
1. Comienza con alguien de confianza.
2. Escribe cosas de las que te gustaría hablar.
3. Pide el tipo de apoyo que necesites.

Si te preocupa un ser querido:
1. Preguntale cómo está y si quisiera hablar.
2. Escucha lo que dice y solamente ofrece opiniones o sugerencias si así te lo pide.
3. Esta bien no saber la respuesta a una pregunta. Puedes ofrecerte a ayudar investigando o encontrando recursos en conjunto.
4. Aunque sugieras acudir a profesionales de salud o a terapia, la decisión de obtener ayuda está en las manos de la persona afectada.
5. Sé paciente y brinda tu apoyo cuando puedas.
Estas conversaciones pueden ser difíciles, pero saber que estás ahí presente podría tener un impacto positivo.

bottom of page